Un olvidado debate sobre la fundación de Santiago del Estero  en 1901: Baltasar Olaechea y Alcorta y Andrés Figueroa 

Por el Prof. Daniel Guzman Alcaraz

Es sabido como sostiene Aurora Ravina, que desde fines del siglo XIX que la “provinciania” (2001: p. 445), como llama a la producción historiográfica en las provincias, alcanzo  un impulso inusitado en las jurisdicciones y en la propia  Buenos Aires.

Este proceso estuvo relacionado con la expansión institucional de la Junta de historia y Numismática y la creación de la sección Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ambos espacios, generaron vínculos con archivos provinciales y agrupaciones de historiadores provincianos, empujando de esa manera la institucionalización y la profesionalización de la historia en todo el país. También, hay que agregar que entre 1910 centenario de la revolución de mayo y 1920 año de conmemoraciones de las autonomías provinciales, hubo una especie de revisión histórica desde el interior, especialmente en los núcleos de historiadores “de Córdoba, Santa Fe y Tucumán” (Buchbinder, 2008: p. 164) y por vinculaciones de sociabilidad en las provincias cercanas a estos nodos.

En ese contexto, Figueroa comenzó desde los diarios locales, a impulsar la idea de la fundación de Santiago del Estero, como punto de partida para los orígenes de la historia santiagueña. Pero Olaechea y Alcorta, debatió en la prensa santiagueña, sobre este posicionamiento. Pues este sostuvo, que la fundación realizada por Francisco de Aguirre (pues era aguirrista), era sólo de la madre de ciudades y no de la provincia. Por lo tanto, estaba en desacuerdo en confundir dos cuestiones distintas: como el nacimiento de una ciudad y el de una provincia.   Para esos años, ambos intentaron armar una agenda sobre historia santiagueña, tomando la delantera Olaechea y Alcorta. Pues, este publicó Crónica y geografía de Santiago del Estero,, un libro que alcanzó dos ediciones, las que para la época en que se publicó esta obra fueron todo un logro de un intelectual que luchó por difundir la historia local. Entre 1900 –año de su primera edición– y 1907 –año de su segunda edición–, sostuvo la idea del rol de Aguirre en los orígenes de la capital santiagueña.

En esos años, Figueroa recién comenzaba a escribir, sólo tuvo sus primeros artículos en la prensa y no tuvo la fama de su oponente. Pero estaba claro, que su idea de posicionar a la fundación como relato original de la provincia, iba de la mando de sus contactos con otros historiadores, que buscaban construir sus historias provinciales. Por otro lado, Olaechea dedicó a Francisco de Aguirre varias conferencias en el Colegio Nacional, basándose en autores españoles, peruanos y chilenos. Este, se lamentó por no tener acceso al acta de fundación de la ciudad de Santiago del Estero, colocando a este hecho como ajeno al proceso fundante de la provincia, que este ubica en el siglo XIX, con los precursores de la autonomía santiagueña. Pero también, debemos decir, que Figueroa influenciado por Ricardo Freyre, miraba al nacimiento de la madre de ciudades, no sólo como los inicios de una población, sino como los primeros pasos de una provinciania.