En una final emotiva jugada con los dientes apretados, Central Córdoba se consagró campeón de la Copa Argentina al vencer a Vélez por 1-0 ante un estadio de Unión abarrotado en Santa Fe. El conjunto de Omar De Felippe coronó así su gran levantada en el segundo semestre del año con un título, el mismo que le había sido esquivo en 2019 cayendo en la definición, ante un Fortín que mereció mejor suerte y llegará golpeado a su último intento de coronar su gran año el domingo por la Liga Profesional.
Muy peleada comenzó la acción en Santa Fe, con poca tenencia de ambos bandos y una leve superioridad ferroviaria a base de entrega y velocidad en el medio que se cortó ante la primera llegada del Fortín.
El complemento arrancó con más polémica, cuando Ingolotti salió del área acomodando la pelota con las dos manos pero para Falcón Pérez la paró con el pecho. A los ocho minutos, la fortuna dejó en claro que jugaba para Central Córdoba, cuando Godoy buscó un centro desde la derecha y lo clavó bombeado en el ángulo izquierdo de Marchiori.
Quinteros buscó entonces renovar el equipo con cambios, más allá del ingreso de Claudio Aquino en el entretiempo que pareció hacerle perder más que ganar con la salida de Christian Ordóñez. Los minutos corrieron, Rodrigo Atencio amenazó con un disparo apenas afuera y más tarde Francisco Pizzini, otro de los habituales titulares que ingresó desde el banco, desperdició una volea.
Ya con todo el Ferroviario metido atrás, Vélez padeció en carne propia su falta de variantes para romper las líneas del rival, aunque otra vez la suerte volvió a desairarlo cuando Valentín Gómez tomó la lanza, probó de afuera y estrelló su disparo en el travesaño. Los santiagueños siguieron dejando la vida para rechazar cada intento velezano y el tiempo obró a su favor.
Central Córdoba se quedó con todo el premio y, por fin, pudo celebrarlo con su gente.